Un repaso a los ciclos de rentabilidad de los mercados de renta variable alemán y estadounidense y a lo que cabe esperar en el futuro
Evolución de la renta variable alemana y estadounidense desde 1953, base 100
En el largo plazo, los mercados de renta variable alemanes no tienen nada que envidiar a los de la mayor economía del mundo. En los últimos 70 años, el S&P 500 y el DAX 40 han obtenido rentabilidades prácticamente iguales: un 9% anual de media.
Aunque el punto de llegada es prácticamente idéntico, las trayectorias han sido, en ocasiones, divergentes.
De 1950 a 1970, el «Wirtschaftswunder»1 y el apoyo presupuestario del Plan Marshall (entre 100.000 y 200.000 millones de euros actuales) propiciaron una gran rentabilidad superior de la renta variable alemana. Del mismo modo, a raíz de la reunificación y del «Solidarpakt»2 (entre 120.000 y 140.000 millones en euros de hoy), así como de los 10 años de integración económica de la antigua Alemania del Este que siguieron, el DAX registró rentabilidades muy superiores a las del S&P 500. Los mercados de renta variable estadounidenses experimentaron sus principales periodos de rentabilidad superior a partir de la crisis del petróleo de 1973 hasta el momento álgido de la burbuja de las puntocom en 2000, y desde el momento en que se tocó fondo en la gran crisis financiera, a finales de 2008, hasta el máximo de 2024. En ambos casos, el predominio de la tecnología fue el principal factor de la mejor evolución bursátil.
En los últimos tres años, la renta variable alemana y la estadounidense han ido a la par, lo que sin duda nos ha sorprendido a muchos de nosotros. Tenemos muy claro el impacto de los «Siete Magníficos» en el conjunto del mercado bursátil estadounidense, pero ¿conocemos realmente bien las dinámicas internas del mercado bursátil alemán durante este periodo? En un entorno económico adverso en el que la industria tuvo que hacer frente a unos precios de las materias primas muy elevados, destacó sobre todo la tecnología (SAP), pero también lo hicieron los sectores financieros en sentido amplio (aseguradoras con Allianz o Munich Re). En el sector de la energía destacó Siemens Energy. Algunos valores industriales consiguieron liberarse de su desventaja energética (Rheinmetall) y superar a la mayoría de los grandes títulos tecnológicos estadounidenses.
En los próximos años, el éxito alemán podría continuar e incluso amplificarse. Los planes de gasto en el sector de defensa y en infraestructuras3, de mayor magnitud que los del Plan Marshall, podrían perfectamente devolver a Alemania a una senda de crecimiento olvidada hace tiempo, mientras que los interrogantes sobre el fin del excepcionalismo estadounidense podrían dirigir gradualmente el capital de Estados Unidos hacia el resto del mundo. La dinámica de los flujos financieros internacionales debería permitir a la renta variable alemana y europea demostrar, a través de unas valoraciones más elevadas, todos sus argumentos.